domingo, 2 de marzo de 2014

BASES DEL MIP


Los principios filosóficos que conforman las bases del MIP se encuentran íntimamente ligados a los siguientes conceptos:


Agroecosistema

Se caracterizan por que contienen menos diversidad de especies vegetales y animales que los ecosistemas naturales, son intensamente explotados por el hombre y están sujetos a alteraciones súbitas, como las prácticas agronómicas, actividades que son críticas en el MIP, ya que la necesidad de control de una plaga o la intensidad de su ataque están frecuentemente relacionados con éstas. Debido a estas características, los agroecosistemas son más vulnerables al ataque de las plagas.



Biodiversidad

El papel de la biodiversidad en la estabilidad del agroecosistema es muy importante. Si la biodiversidad se reduce, (expansión de monocultivos a expensas de la vegetación natural) origina inestabilidad en los agroecosistemas, situación que a su vez se manifiesta a través del aumento de problemas con plagas. Resultados de investigaciones sugieren que mientras más diverso sea el agroecosistema y mayor duración tenga esta diversidad inalterada, se desarrollan mayor cantidad de relaciones internas para promover una mayor estabilidad en las poblaciones de artrópodos. La siguiente figura muestra los componentes del agroecosistema, su función y las estrategias de manejo para incrementar la biodiversidad.



Control natural y factores clave

Las poblaciones de plantas y animales no crecen hasta el infinito ni decrecen hasta la extinción. Este fenómeno conocido como balance de la naturaleza es el resultado del control natural, término que es definido como la acción combinada de factores naturales bióticos o abióticos sobre las poblaciones de los organismos cuyo efecto las mantiene dentro de ciertos límites superiores e inferiores más o menos regulares durante un periodo de tiempo específico. El control natural reduce las poblaciones y es el factor determinante para evitar los brotes de las plagas potenciales. Por lo anterior, la interferencia de algunas prácticas y/o tácticas de control, con el control natural, puede originar consecuencias perjudiciales para la sanidad del cultivo y la economía del productor.

Considerar e identificar los factores ambientales que interactúan (favorable o desfavorablemente) con una plaga en el agroecosistema es otro de los aspectos importantes para establecer un programa de MIP. A los factores ambientales que pueden provocar que la densidad de población de una plaga aumente o disminuya de manera significativa se les conoce como factores clave, los cuales pueden ser de origen biótico, como es el caso de la disponibilidad de alimento, enemigos naturales, etc.; y abióticos, como las condiciones de temperatura, disponibilidad de agua, fotoperiodo, etc.




Biología y ecología de los organismos

Conocer a los organismos que están presentes en el agroecosistema y entender su función e interacciones es un prerrequisito del MIP. Esto involucra identificar correctamente a las plagas, conocer su biología, reconocer y medir sus daños y determinar su importancia económica. Estos conocimientos facilitarán el diseño y la aplicación de las estrategias y tácticas de manejo. El éxito en el manejo de una plaga radica, en gran medida, en dirigir las tácticas de control sobre los puntos débiles de su ciclo biológico, también conocidos como periodos críticos, mismos que es posible identificar después de un estudio detallado de la biología de la plaga y de su interacción con el agroecosistema.


Daño de la plaga

El MIP indica que no todos los organismos identificados como plagas pueden ser nocivos y que no todos los daños son intolerables. En la mayoría de los casos se pueden obtener buenas producciones de los cultivos sin necesidad de eliminar las poblaciones de los insectos plaga.

Una plaga que causa daños importantes en cada ciclo de cultivo se llama plaga clave, mientras que aquellas que causan daños a intervalos de tiempos irregulares se les conocen como plagas ocasionales. Muchos organismos se convierten en plagas cuando un factor natural importante que regula sus poblaciones es alterado; cuando los organismos están sujetos a ese control regulatorio y no causan problemas reciben el nombre de plagas potenciales. Las plagas secundarias son aquellas que se presentan causando daños económicos al verse libres de los factores de regulación natural. Por lo general esto sucede cuando se asperjan plaguicidas para el control de las plagas clave.



Umbrales de acción

La posición general de equilibrio, el nivel de daño económico y el umbral económico son tres conceptos importantes para mejorar las estrategias de control, mediante la estimación de niveles poblacionales y la dinámica de poblaciones de las especies plaga.

Posición general de equilibrio (PGE). Es el promedio de la densidad de la plaga a través de un largo periodo de tiempo. La densidad de la población fluctúa alrededor de la PGE como resultado de la interacción de los parasitoides, depredadores y patógenos.

Nivel de daño económico (NDE). Se refiere a la densidad más baja de la población de una plaga que podría causar daño económico. Es la densidad de la población de la plaga a la cual el costo de las actividades realizadas para su manejo y el beneficio obtenido del cultivo son iguales. Esta medida cuantitativa determina si un organismo puede considerarse como plaga en un tiempo determinado. Sin una estimación del NDE es muy difícil evitar los daños económicos de las plagas y los tratamientos injustificados de los insecticidas. El NDE es flexible y puede cambiar con el tiempo, variedad del cultivo, mercado al que va dirigido el producto, etc. El valor del NDE decrece conforme el valor del cultivo se incrementa.

Umbral económico. Es la densidad de la población de la plaga a la cual las medidas de control deberían aplicarse para prevenir que su incremento alcance el NDE. El UE siempre representa una densidad de población de la plaga más baja que el nivel de daño económico. Determinar el UE es complejo, ya que se basa en detalladas operaciones que involucran el valor del cultivo, la relación de la plaga con el clima, su interacción con los enemigos naturales, la resistencia de la planta,  y las consecuencias ambientales y económicas de aplicar las medidas de control.

Manejo de la plaga

En los programas de MIP se busca, además de controlar a la plaga, conservar y fomentar la presencia de los artrópodos benéficos que actúan como enemigos naturales de las plagas. Estos enemigos naturales son eliminados fácilmente por contacto directo con los plaguicidas de amplio espectro, y también son destruidos por inanición cuando su presa u hospedero (plaga) escasea. Por tanto, un concepto importante del MIP es la necesidad de dejar un residuo permanente de la plaga. Este concepto implica manejar una plaga por debajo del umbral económico, no aniquilarla. El nivel poblacional de la plaga que se deberá tolerar dependerá de la actitud del agricultor y la inclinación del consumidor por comprar productos frescos sin daños y libres de fragmentos de insectos.

Momento adecuado de la aplicación de los plaguicidas

Este es un problema crucial para el éxito de los programas de control de plagas. En principio, el MIP va en contra de realizar aspersiones calendarizadas, y recomienda asperjar solamente cuando sea necesario; es decir, cuando los muestreos de plagas indiquen que la población blanco ha alcanzado el umbral económico. Con esto se previenen aplicaciones excesivas. Las técnicas de muestreo de plagas y el desarrollo del cultivo son la base para lograr lo anterior, pues permiten decisiones oportunas y racionales.


Muestreo de la plaga  

La vigilancia permanente de la plaga a través del muestreo de su población es absolutamente esencial para el éxito de un programa de MIP. El muestreo cuidadoso de la plaga, de sus enemigos naturales y del desarrollo del cultivo es la única manera de conocer que está pasando en el agroecosistema. Los muestreos periódicos nos proporcionan información acerca de las plagas presentes, sus estados biológicos y su densidad poblacional, la fenología del cultivo, las condiciones ambientales que prevalecen y la diversidad y abundancia de los enemigos naturales, entre otros. Con estos es posible calcular los umbrales económicos y tomar decisiones para el manejo de las plagas. Para que el muestreo estime con precisión la condición del agroecosistema, es importante definir una técnica que recolecte la información de una unidad de muestra y un programa de muestreo que, usando dicha técnica, permita tomar la muestra para hacer la estimación. Además, es imprescindible la capacitación del personal técnico con el fin de evitar errores en el muestreo.



Estrategias y tácticas

Se reconocen cinco estrategias de control de plagas:

1.       Estrategia de convivencia: el control de plagas se deja a las fuerzas del control natural.
2.       Estrategia de prevención o profilaxis: el control se realiza con anticipación para evitar o prevenir el ataque de una plaga.
3.       Estrategia de erradicación: el objetivo de control es eliminar la plaga.
4.       Estrategia de supresión: el control se ejerce cuando la población ha alcanzado una densidad no aceptable o intolerable.
5.       Estrategia de manejo: el control pretende mantener las poblaciones de la plaga a niveles económicamente no dañinos.

El MIP recurre a estas estrategias según cada situación. Trata de reducir la población de la plaga a un promedio que no cause daños económicos, y cuando la población excede el umbral económico, utiliza procedimientos adicionales ´para suprimirla.

Con relación a las tácticas que pueden ser usadas en el MIP, pueden agruparse en tres enfoques fundamentales del manejo de plagas:

Manipulación de la plaga
Manipulación de la planta
Manipulación del ambiente
Agrupa las tácticas que afectan directamente a las plagas o que alteran su comportamiento, de tal manera que impide que estas sigan causando daño
Estas tácticas incrementan la tolerancia del cultivo al ataque de las plagas o cambian la condición del cultivo para que no sea atacado, afectando a las plagas indirectamente a través de su fuente alimenticia
Las tácticas usadas en este enfoque modifican el ambiente para que las plagas no incrementes sus poblaciones. El ambiente es “hecho” menos adecuado para la plaga, o más favorable para los enemigos naturales de la plaga.

En lo que respecta a las tácticas usadas por el MIP, se incluyen las siguientes:
1.    Control biológico: Introducción, conservación e incremento de enemigos naturales (macro y microorganismos).
2.       Control fitogenético: plantas resistentes (no preferencia, antibiosis, tolerancia), incluye las plantas transgénicas.
3.       Control cultural: prácticas agronómicas como preparación del suelo, cultivos intercalados, cultivos trampa, épocas de siembra y cosecha, etc.
4.       Control físico-mecánico: destrucción manual de insectos, construcción de barreras físicas, uso de ultrasonido, etc.
5.       Control legal: leyes gubernamentales (cuarentenas y campañas)
6.       Control autocida: técnica del insecto estéril.
7.       Control etológico: uso de semioquímicos para modificar el comportamiento de las plagas y sus enemigos naturales,
Control químico: uso de plaguicidas sintéticos, naturales, reguladores del crecimiento, otros.





1 comentario: