Los principios filosóficos que
conforman las bases del MIP se encuentran íntimamente ligados a los siguientes
conceptos:
Agroecosistema
Se caracterizan por que contienen menos diversidad de especies vegetales y animales que los
ecosistemas naturales, son intensamente explotados por el hombre y están
sujetos a alteraciones súbitas, como las prácticas agronómicas, actividades que
son críticas en el MIP, ya que la necesidad de control de una plaga o la
intensidad de su ataque están frecuentemente relacionados con éstas. Debido a
estas características, los agroecosistemas son más vulnerables al ataque de las
plagas.
Biodiversidad
El papel de la biodiversidad en
la estabilidad del agroecosistema es muy importante. Si la biodiversidad se
reduce, (expansión de monocultivos a expensas de la vegetación natural) origina
inestabilidad en los agroecosistemas, situación que a su vez se manifiesta a
través del aumento de problemas con plagas. Resultados de investigaciones sugieren que mientras más
diverso sea el agroecosistema y mayor duración tenga esta diversidad
inalterada, se desarrollan mayor cantidad de relaciones internas para promover
una mayor estabilidad en las poblaciones de artrópodos. La siguiente figura muestra los
componentes del agroecosistema, su función y las estrategias de manejo para
incrementar la biodiversidad.
Control natural y factores clave
Las poblaciones de plantas y
animales no crecen hasta el infinito ni decrecen hasta la extinción. Este
fenómeno conocido como balance de la naturaleza es el resultado del control
natural, término que es definido como la acción combinada de factores naturales
bióticos o abióticos sobre las poblaciones de los organismos cuyo efecto las
mantiene dentro de ciertos límites superiores e inferiores más o menos
regulares durante un periodo de tiempo específico. El control natural reduce
las poblaciones y es el factor determinante para evitar los brotes de las
plagas potenciales. Por lo anterior, la interferencia de algunas prácticas y/o
tácticas de control, con el control natural, puede originar consecuencias
perjudiciales para la sanidad del cultivo y la economía del productor.
Considerar e identificar los
factores ambientales que interactúan (favorable o desfavorablemente) con una
plaga en el agroecosistema es otro de los aspectos importantes para establecer
un programa de MIP. A los factores ambientales que pueden provocar que la densidad
de población de una plaga aumente o disminuya de manera significativa se les
conoce como factores clave, los cuales pueden ser de origen biótico, como es el
caso de la disponibilidad de alimento, enemigos naturales, etc.; y abióticos,
como las condiciones de temperatura, disponibilidad de agua, fotoperiodo, etc.
Biología y ecología de los organismos
Conocer a los organismos que
están presentes en el agroecosistema y entender su función e interacciones es
un prerrequisito del MIP. Esto involucra identificar correctamente a las
plagas, conocer su biología, reconocer y medir sus daños y determinar su
importancia económica. Estos conocimientos facilitarán el diseño y la
aplicación de las estrategias y tácticas de manejo. El éxito en el manejo de
una plaga radica, en gran medida, en dirigir las tácticas de control sobre los
puntos débiles de su ciclo biológico, también conocidos como periodos críticos,
mismos que es posible identificar después de un estudio detallado de la
biología de la plaga y de su interacción con el agroecosistema.
Daño de la plaga
El MIP indica que no todos los
organismos identificados como plagas pueden ser nocivos y que no todos los
daños son intolerables. En la mayoría de los casos se pueden obtener buenas
producciones de los cultivos sin necesidad de eliminar las poblaciones de los
insectos plaga.
Una plaga que causa daños
importantes en cada ciclo de cultivo se llama plaga clave, mientras que
aquellas que causan daños a intervalos de tiempos irregulares se les conocen
como plagas
ocasionales. Muchos organismos se convierten en plagas cuando un factor
natural importante que regula sus poblaciones es alterado; cuando los
organismos están sujetos a ese control regulatorio y no causan problemas
reciben el nombre de plagas potenciales. Las plagas
secundarias son aquellas que se presentan causando daños económicos al
verse libres de los factores de regulación natural. Por lo general esto sucede
cuando se asperjan plaguicidas para el control de las plagas clave.
Umbrales de acción
La posición general de
equilibrio, el nivel de daño económico y el umbral económico son tres conceptos
importantes para mejorar las estrategias de control, mediante la estimación de
niveles poblacionales y la dinámica de poblaciones de las especies plaga.
Posición general de equilibrio (PGE). Es el promedio de la densidad
de la plaga a través de un largo periodo de tiempo. La densidad de la población
fluctúa alrededor de la PGE como resultado de la interacción de los
parasitoides, depredadores y patógenos.
Nivel de daño económico (NDE). Se refiere a la densidad más baja de
la población de una plaga que podría causar daño económico. Es la densidad de
la población de la plaga a la cual el costo de las actividades realizadas para
su manejo y el beneficio obtenido del cultivo son iguales. Esta medida
cuantitativa determina si un organismo puede considerarse como plaga en un
tiempo determinado. Sin una estimación del NDE es muy difícil evitar los daños
económicos de las plagas y los tratamientos injustificados de los insecticidas.
El NDE es flexible y puede cambiar con el tiempo, variedad del cultivo, mercado
al que va dirigido el producto, etc. El valor del NDE decrece conforme el valor
del cultivo se incrementa.
Umbral económico. Es la densidad de la población de la plaga a la
cual las medidas de control deberían aplicarse para prevenir que su incremento
alcance el NDE. El UE siempre representa una densidad de población de la plaga
más baja que el nivel de daño económico. Determinar el UE es complejo, ya que
se basa en detalladas operaciones que involucran el valor del cultivo, la
relación de la plaga con el clima, su interacción con los enemigos naturales,
la resistencia de la planta, y las
consecuencias ambientales y económicas de aplicar las medidas de control.
Manejo de la plaga
En los programas de MIP se busca, además de
controlar a la plaga, conservar y fomentar la presencia de los artrópodos
benéficos que actúan como enemigos naturales de las plagas. Estos enemigos
naturales son eliminados fácilmente por contacto directo con los plaguicidas de
amplio espectro, y también son destruidos por inanición cuando su presa u
hospedero (plaga) escasea. Por tanto, un concepto importante del MIP es la
necesidad de dejar un residuo permanente de la plaga. Este concepto implica
manejar una plaga por debajo del umbral económico, no aniquilarla. El nivel
poblacional de la plaga que se deberá tolerar dependerá de la actitud del
agricultor y la inclinación del consumidor por comprar productos frescos sin
daños y libres de fragmentos de insectos.
Momento adecuado de la aplicación de los plaguicidas
Este es un problema crucial para
el éxito de los programas de control de plagas. En principio, el MIP va en
contra de realizar aspersiones calendarizadas, y recomienda asperjar solamente cuando sea necesario;
es decir, cuando los muestreos de plagas indiquen que la población blanco ha
alcanzado el umbral económico. Con esto se previenen aplicaciones excesivas.
Las técnicas de muestreo de plagas y el desarrollo del cultivo son la base para
lograr lo anterior, pues permiten decisiones oportunas y racionales.
Muestreo de la plaga
La vigilancia permanente de la
plaga a través del muestreo de su población es absolutamente esencial para el
éxito de un programa de MIP. El muestreo cuidadoso de la plaga, de sus enemigos
naturales y del desarrollo del cultivo es la única manera de conocer que está
pasando en el agroecosistema. Los muestreos periódicos nos proporcionan
información acerca de las plagas presentes, sus estados biológicos y su
densidad poblacional, la fenología del cultivo, las condiciones ambientales que
prevalecen y la diversidad y abundancia de los enemigos naturales, entre otros.
Con estos es posible calcular los umbrales económicos y tomar decisiones para
el manejo de las plagas. Para que el muestreo estime con precisión la condición
del agroecosistema, es importante definir una técnica que recolecte la
información de una unidad de muestra y un programa de muestreo que, usando
dicha técnica, permita tomar la muestra para hacer la estimación. Además, es
imprescindible la capacitación del personal técnico con el fin de evitar
errores en el muestreo.
Estrategias y tácticas
Se reconocen cinco estrategias de
control de plagas:
1. Estrategia
de convivencia: el control de plagas se deja a las fuerzas del control natural.
2. Estrategia
de prevención o profilaxis: el control se realiza con anticipación para evitar
o prevenir el ataque de una plaga.
3. Estrategia
de erradicación: el objetivo de control es eliminar la plaga.
4. Estrategia
de supresión: el control se ejerce cuando la población ha alcanzado una
densidad no aceptable o intolerable.
5. Estrategia
de manejo: el control pretende mantener las poblaciones de la plaga a niveles
económicamente no dañinos.
El MIP recurre a estas
estrategias según cada situación. Trata de reducir la población de la plaga a
un promedio que no cause daños económicos, y cuando la población excede el
umbral económico, utiliza procedimientos adicionales ´para suprimirla.
Con relación a las tácticas que
pueden ser usadas en el MIP, pueden agruparse en tres enfoques fundamentales
del manejo de plagas:
Manipulación
de la plaga
|
Manipulación
de la planta
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Manipulación
del ambiente
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Agrupa las tácticas que afectan directamente a las plagas o que
alteran su comportamiento, de tal manera que impide que estas sigan causando
daño
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Estas tácticas incrementan la tolerancia del cultivo al ataque de las
plagas o cambian la condición del cultivo para que no sea atacado, afectando
a las plagas indirectamente a través de su fuente alimenticia
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Las tácticas usadas en este enfoque modifican el ambiente para que
las plagas no incrementes sus poblaciones. El ambiente es “hecho” menos
adecuado para la plaga, o más favorable para los enemigos naturales de la
plaga.
|
En lo que respecta a las tácticas
usadas por el MIP, se incluyen las siguientes:
1. Control
biológico: Introducción, conservación e incremento de enemigos naturales (macro
y microorganismos).
2. Control
fitogenético: plantas resistentes (no preferencia, antibiosis, tolerancia),
incluye las plantas transgénicas.
3. Control
cultural: prácticas agronómicas como preparación del suelo, cultivos
intercalados, cultivos trampa, épocas de siembra y cosecha, etc.
4. Control
físico-mecánico: destrucción manual de insectos, construcción de barreras
físicas, uso de ultrasonido, etc.
5. Control
legal: leyes gubernamentales (cuarentenas y campañas)
6. Control
autocida: técnica del insecto estéril.
7. Control
etológico: uso de semioquímicos para modificar el comportamiento de las plagas
y sus enemigos naturales,
Control químico: uso de plaguicidas sintéticos,
naturales, reguladores del crecimiento, otros.
Excelente escrito. Gracias por compartirlo.
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